El equilibrio entre trabajo y vida personal hace a nuestra calidad de vida y salud psicofísica.
Las horas del día debemos distribuirlas entre el dormir, trabajar y todas las otras actividades privadas necesarias. ( Higiene, hijos y pareja, deporte, amigos) por eso hoy mas que nunca se requiere que reflexionemos y tracemos una logística que nos permita sentirnos en un bienestar trabajando.
Este es uno de los mejores consejos por ser el mismo vital. Pero tiene una complejidad en nosotros y en la sociedad actual que hace que muchos lo vean como una meta imposible. ¿Cómo dejo de competir si los otros compiten?
Cuando lo laboral abarca el tiempo para las otras actividades vitales, uno se desequilibra, comienza la etapa agobiante, stress laboral , agotamiento profesional (burnout) y sus graves consecuencias para la siquis humana.
Sorprendentemente, los psicólogos han descubierto que el agotamiento laboral y la depresión clínica tienen los mismos síntomas. El individuo queda atrapado en un círculo vicioso de aburrimiento y desesperanza, una sensación de tristeza, donde al sentir que sus deberes no tienen sentido temen por sus trabajos y se sientes aislados de sus compañeros.
Para una comprensión del tema, debemos comenzar por hacer una diferencia entre competencia y competitividad, desde el punto de vista Aptitudinal.
El concepto Competencia tiene en mira la tarea a realizar para lograr el mejor resultado. Mientras que el concepto competitividad tiene en mira lo que hacen o pueden hacer los demás. Es una competición y como toda competición en el tiempo genera stress.
Lo peor es que quien está en esa situación no se da cuenta, se acostumbra a un sobre ritmo laboral, exigido o inducido por las empresas y la propia sociedad. Sus horas diarias físicas y mentales la ocupa mayoritariamente sus obligaciones laborales.
El daño al individuo, impacta a la empresa que así pierde o desalienta a trabajadores que podrían haber sido de mucha utilidad, determina horas de trabajo improductivo y una negativa rotación en su personal.
Es una patología que afecta al individuo y a la empresa, e incluyo en esta no solo al trabajador dependiente sino su dirigencia en general, llegando al propio empresario, especialmente en las pymes.
Este fenómeno puede estar mas presente en trabajador dependiente que en el independiente, sin excluir a estos. Estos últimos desde que se auto determinan tienen una posibilidad de manejo que no tiene el dependiente.
Y en lo que hace a la dependencia no me refiero únicamente a la exigencia del empleador en trabajar más horas de las adecuadas, pues el mismo resultado se obtiene cuando se instala (inducido o no) en el ambiente laboral la competitividad como supervivencia laboral.
Por eso el problema es complejo no dependiendo solo del trabajador, sino de la política de los recursos humanos que debe imperar en la empresa para disminuir la presión ambiental laboral y lograr a través de los recursos imaginativos del área (RR HH) que las tareas no cercenen el tiempo privado de los trabajadores.
Y esto no es fácil, pues, como se expuso, habrá trabajadores acostumbrados a trabajar en exceso que determinaran a los otros al mismo ritmo. Esta es una patología laboral que impacta en la empresa y hace que sus trabajadores a mediano plazo rindan mucho menos o tengan un alto ausentismo.
La situación se vio agravada por el aislamiento producido por la pandemia, de la cual muchas empresas se vieron favorecidas en cuanto a su nivel de productividad, pero que deben reconsiderar pues se paga un precio alto desde el punto de vista empresario y no solo humano.
De allí que deviene esencial el replanteo de esta temática en el propio seno de la empresa para crear alternativas que neutralicen el Burnout.