El Massachusetts Institute of Technology (MIT) y el Instituto Tecnológico de Buenos Aires eligieron a las mejores startups de América latina, durante el evento 100K Latam, que entregó premios por u$s 100.000 a los emprendedores más innovadores en tres etapas: Pitch –ideas o emprendimientos en la fase inicial de desarrollo–, Accelerate – emprendimientos en la fase de desarrollo o primeras ventas– y Launch –para emprendimientos con grado avanzado de desarrollo.
La compañía premiada por el MIT en la categoría Accelerate fue la argentina WeBio, dedicada a labioimpresión, que, en un comienzo, busca, con tejidos bioimpresos, ayudar a las farmacéuticas a mejorar sus procesos de ensayos de drogas. “El 90% de las drogas que pasan todas las pruebas preclínicas no funcionan en el cuerpo humano. Y peor que eso: muchas veces ponen riesgo la salud del paciente. ¿Cómo podemos explicar esta tasa tan baja del 10%? Básicamente, porque los ensayos de drogas se siguen haciendo de la misma manera que hace 30 años, en cultivos celulares y sobre animales, sobre todo ratas”, explicó Simon Gabriac, uno de los tres fundadores de la compañía, que busca hacerles ahorrar dinero a las farmacéuticas. “Sabemos que el desarrollo de una droga sale en promedio u$s 2600 millones y lleva 12 años. Imagínense el impacto que puede tener esa tecnología”.
En la actualidad, la empresa cuenta con la colaboración del Fleni. Y, a largo plazo, quiere usar estos tejidos bioimpresos para medicina regenerativa. “En quince años, después de un examen de rutina, el doctor me va a decir que necesito un trasplante de riñón”, relató. “En quince años el doctor me va a poder sacar células de mi cuerpo y gracias a una bioimpresora vamos a poder fabricar un riñón nuevo, que además de estar disponible en algunas semanas va a estar hecho directamente con mis células. Es decir, que no va a existir ninguna posibilidad de rechazo con mi cuerpo”.
El propósito a corto plazo de la compañía es concretar una fábrica de tejido, que sea B2B. “Básicamente, para investigaciones y ensayos de drogas. Y a futuro, cuando la regulación lo permita, para el cuerpo del paciente”, comentó Gabriac. La compañía recibió como premio u$s 10.000.
En la primera terna, Pitch, elegido fue Sigmind, una herramienta que, a través del discurso, cuantifica la probabilidad de padecer enfermedades mentales, para asistir al psiquiatra durante el proceso de diagnóstico. “Al combinar neurociencia con inteligencia artificial, analiza el discurso de los pacientes y calcula métricas que ayudan a los médicos durante el proceso de diagnóstico”, explicó, durante su presentación, Raúl Echegoyen, parte del equipo fundador, que tiene entre sus mentores al neurocientífico Mariano Sigman.
Según el emprendedor, el proyecto nació como una tesis de doctorado de uno de los fundadores, Facundo Carrillo, quien recibió un fellowship de organizaciones como Facebook. Actualmente, la compañía ya posee el apoyo de un grupo farmacéutico alemán, que le brindó fondos a la empresa para realizar una colaboración científica. “Y tres instituciones psiquiátricas en América latina de renombre están utilizando la aplicación. Inclusive IBM llamó a esta tecnología una de las cinco innovaciones que van a ayudar a cambiar nuestras vidas en los próximos cinco años”, agregó Echegoyen. Y se diferenció de otras aplicaciones. “La mayoría se basa en analizar patrones de comportamiento”.
El modelo de negocio de Sigmind es uno freemium, con el fin de promover la adopción de la tecnología, a través de iniciativas adquiridas por instituciones psiquiátricas u obras sociales. El emprendimiento, al ganar en la categoría Pitch, recibió u$s 3000.
Aire puro
En la categoría mayor, Launch, el MIT y el ITBA eligieron a qAIra, compañía peruana que propone implementar redes extensas de drones andinos en conjunto con módulos móviles y estáticos para el monitoreo de la calidad del aire. “Atacamos el problema de la contaminación del aire. Este provoca más de 4,2 millones de muertes al año. Según la Organización Mundial de la Salud, más del 91% de la población mundial respira aire contaminado. Ante eso, nuestra visión es democratizar la información para que esté disponible a todos y podamos ser parte de la revolución ambiental”, indicó Mónica Abarca, cofundadora y CEO de la startup, que recibió u$s 55.000 en 100K Latam y que prepara una ronda de inversión de u$s 400.000.
La compañía se encuentra trabajando en una certificación y en tratativas junto con el Instituto Nacional de Calidad peruano para ofrecer sus servicios a nivel regional. “El modelo de negocio consiste en un paquete tecnología que incluye producto de hardware, la licencia de software y el servicio de mantenimiento en un contrato mínimo de un año con diferentes empresa e instituciones gubernamentales”, afirmó. En tres años, aguarda alcanzar una facturación de u$s 2 millones, contar con 15 compañías mineras como clientes y con ocho gobiernos locales. “En el futuro, en tres años, nuestro modelo se va a volcar netamente al tema de data e información de calidad del aire. Actualmente, nuestros clientes están en la industria minera, energética e instituciones de Gobierno. Netamente, hablando de Perú”.
FUENTE: apertura.com